lunes, 24 de mayo de 2010

«¿Qué voy a hacer ahora?»

La cruda realidad...

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XLSemanal - 24/5/2010

El segundo gintonic, Pencho se vuelve hacia mí. Hace quince minutos que aguardo, paciente, esperando que se decida a contármelo. Por fin hace sonar el hielo en el vaso, me mira un instante a los ojos y aparta la mirada, avergonzado. «Hoy he cerrado la empresa», dice al fin. Después se calla un instante, bebe un trago largo y sonríe a medias con una amargura que no le había visto nunca. «Acabo de echar a la calle a cinco personas.»

Puede ahorrarme los antecedentes. Nos conocemos hace mucho tiempo y estoy al corriente de su historia, parecida a tantas: empresa activa y rentable, asfixiada en los últimos años por la crisis internacional, el desconcierto económico español, el cinismo y la incompetencia de un Gobierno sin rumbo ni pudor, el pesebrismo de unos sindicatos sobornados, la parálisis intelectual de una oposición corrupta y torpe, la desvergüenza de una clase política insolidaria e insaciable. Pencho ha estado peleando hasta el final, pero está solo. Por todas partes le deben dinero. Dicen: «No te voy a pagar, no puedo, lo siento», y punto. Nada que hacer. Los bancos no sueltan ni un euro más. Las deudas se lo comen vivo; y él también, como consecuencia, debe a todo el mundo. «Debo hasta callarme», ironiza. Todo al carajo. Lleva un año pagando a los empleados con sus ahorros personales. No puede más.

Cinco tragos después, con el tercer gintonic en las manos, Pencho reúne arrestos para referirme la escena. «Fueron entrando uno por uno -cuenta-. La secretaria, el contable y los otros. Y yo allí, sentado detrás de la mesa, y mi abogado en el sofá, echando una mano cuando era necesario... Se me pegaba la camisa a la espalda contra el asiento, oye. Del sudor. De la vergüenza... Lo siento mucho, les iba diciendo, pero ya conoce usted la situación. Hasta aquí hemos llegado, y la empresa cierra.»

Lo peor, añade mi amigo, no fueron las lágrimas de la secretaria, ni el desconcierto del contable. Lo peor fue cuando llegó el turno de Pablo, encargado del almacén. Pablo -yo mismo lo conozco bien- es un gigantón de manos grandes y rostro honrado, que durante veintisiete años trabajó en la empresa de mi amigo con una dedicación y una constancia ejemplares. Pablo era el clásico hombre capaz y diligente que lo mismo cargaba cajas que hacía de chófer, se ocupaba de cambiar una bombilla fundida, atender el correo y el teléfono o ayudar a los compañeros. «Buena persona y leal como un doberman -confirma Pencho-. Y con esa misma lealtad me miraba a los ojos esta mañana, mientras yo le explicaba cómo están las cosas. Escuchó sin despegar los labios, asintiendo de vez en cuando. Como dándome la razón en todo. Sabiendo, como sabe, que se va al paro con cincuenta y siete años, y que a esa edad es muy probable que ya no vuelva a encontrar jamás un trabajo en esta mierda de país en el que vivimos... ¿Y sabes qué me dijo cuando acabé de leerle la sentencia? ¿Sabes su único comentario, mientras me miraba con esos ojos leales suyos?» Respondo que no. Que no lo sé, y que malditas las ganas que tengo de saberlo. Pero Pencho, al que de nuevo le tintinea el hielo del gintonic en los dientes, me agarra por la manga de la chaqueta, como si pretendiera evitar que me largue antes de haberlo escuchado todo. Así que lo miro a la cara, esperando. Resignado. Entonces mi amigo cierra un momento los ojos, como si de ese modo pudiera ver mejor el rostro de su empleado. Aunque, pienso luego, quizá lo que ocurre es que intenta borrar la imagen del rostro que tiene impresa en ellos. Cualquiera sabe.

«¿Y qué voy a hacer ahora, don Fulgencio?... Eso es exactamente lo que me dijo. Sin indignación, ni énfasis, ni reproche, ni nada. Me miró a los ojos con su cara de tipo honrado y me preguntó eso. Qué iba a hacer ahora. Como si lo meditara en voz alta, con buena voluntad. Como si de pronto se encontrara en un lugar extraño, que lo dejaba desvalido. Algo que nunca previó. Una situación para la que no estaba preparado, en la que durante estos veintisiete años no pensó nunca.»

«¿Y qué le respondiste?», pregunto. Pencho deja el vaso vacío sobre la mesa y se lo queda mirando, cabizbajo. «Me eché a llorar como un idiota -responde-. Por él, por mí, por esta trampa en la que nos ha metido esa estúpida pandilla de incompetentes y embusteros, con sus brotes verdes y sus recuperaciones inminentes que siempre están a punto de ocurrir y que nunca ocurren. ¿Y sabes lo peor?... Que el pobre tipo estaba allí, delante de mí, y aún decía: No se lo tome así, don Fulgencio, ya me las arreglaré. Y me consolaba.»




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miércoles, 12 de mayo de 2010

RIP



"Aquí yace la independencia del BCE" Portada de Die Welt.


Nos vamos al carajo....

martes, 4 de mayo de 2010

Los divinos...




En junio... el disco!

Grande.

:)

viernes, 9 de abril de 2010

"Tú que siempre lo tuviste todo... o al menos eso pensabas.

Tú, que eras "independiente" y que te jactabas en público y en privado de serlo.

Tú con esa estética vanguardista, conceptual... indiferente a lo q se decía, a lo que se hablaba, tratando de remar siempre contracorriente... provocador y polemista sólo por el mero hecho de serlo.

Tú, medio bohemio, medio jipi, medio pijo... siempre medio...nunca 100%...

Tú, egoista, leal y desleal, cambiante, inconstante...

Tú, tú, tú.... no eras, no eres y no serás tan diferente a mi...


Por eso te entiendo".


jueves, 25 de marzo de 2010

"El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad". VH

lunes, 15 de marzo de 2010

Dicen que..."aún es posible pensar como griegos, pelear como troyanos y morir como romanos..."
En eso estamos.


sábado, 6 de marzo de 2010

Quiero la esencia...mi alma tiene prisa...


"Conté mis años y descubrí que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante que el que viví hasta ahora. Me siento como aquel chico que ganó un paquete de golosinas: las primeras las comió con agrado, pero,cuando percibió que quedaban pocas, comenzó a saborearlas profundamente. Ya no tengo tiempo para lidiar con mediocridades. No quiero estar en reuniones donde desfilan egos inflados. No tolero a maniobreros y ventajeros. Me molestan los envidiosos que tratan de desacreditar a los más capaces para apropiarse de sus lugares, talentos y logros. Ya no tengo tiempo para reuniones interminables donde se discuten estatutos, normas, procedimientos y reglamentos internos, sabiendo que no se va a lograr nada.Ya no tengo tiempo para soportar absurdas personas que,a pesar de su edad cronológica, no han crecido. Detesto, si soy testigo, de los defectos que genera la lucha por un majestuoso cargo. Las personas no discuten contenidos, apenas los títulos. Mi tiempo es escaso como para discutir títulos. Quiero la esencia, mi alma tiene prisa…

Sin muchas golosinas en el paquete, quiero vivir al lado de gente humana, muy humana. Que sepa reír de sus errores. Que no se envanezca con sus triunfos. Que no se considere electa antes de hora. Que no huya de sus responsabilidades. Que defienda la dignidad humana. Y que desee tan sólo andar del lado de la verdad y la honradez. Caminar junto a cosas y personas de verdad, disfrutando de un afecto absoluto y sin fraudes, nunca será pérdida de tiempo.

Lo esencial es lo que hace que la vida valga la pena. Quiero rodearme de gente que sepa tocar el corazón de las personas. Gente a quien los golpes duros de la vida, le enseñó a crecer con toques suaves en el alma. Sí…. tengo prisa… por vivir con la intensidad que solo la madurez puede dar. Pretendo no desperdiciar parte alguna de las golosinas que me quedan…Estoy seguro que serán más exquisitas que las que hasta ahora he comido. Mi meta es llegar al final satisfecho y en paz con mis seres queridos y con mi conciencia. Espero que la tuya sea la misma, porque de cualquier manera llegarás". MdA

jueves, 25 de febrero de 2010

La mayor aventura...de SU vida...

Seguiremos con curiosidad, esta maravillosa aventura!

Mucha suerte!!



martes, 26 de enero de 2010

La repetición



"Mi existencia es muy curiosa:todo hecho vuelve a sucederme, no importa su relevancia. Condenado a la repetición, espero otra vez los buenos momentos y temo el retorno de aquellas desgracias que he debido soportar. De mi vida, existe un solo hecho que no se ha repetido:mi nacimiento;aunque me parecer recordar otro parto y otro vientre que no es el de mi madre. Pocas veces aguardé en vano que un episodio volviera a ocurrirme. En tales casos, si algo no consigue repetirse, de inmediato descubro mi obtusa confusión: aquel acontecimiento que yo suponía primero renueva, en verdad, algún hecho olvidado. Este texto, por ejemplo, a veces pienso que volveré a escribirlo, otras veces creo que es la copia de otro". (E.B)

martes, 5 de enero de 2010

2010

Se fue 2009, año que será recordado por la CRISIS, pero también por las despedidas, en lo personal, gente importante con las q compartimos muchas horas (a veces demasiadas madrugadas) nos dejaron para probar suerte por necesidad, por cambiar de aires, por problemas con la justicia , acosados por las deudas, o simplemente porque si...
Año de huidas... Italia, Madrid, Alemania...

Año de mudanzas, al menos dos, año de amistad, año de desvincularse de ciertos hábitos, año de comenzar de cero... año de números rojos.-

Año de vivir compartiendo piso, abusando de la generosidad de quien no se lo merece (o si) esperando recuperar un cierto nivel q permita la añorada y más cercana independencia y vuelta a la Capital.

Pero haciendo balance no todo fue tan malo. AL CONTRARIO.

La segunda mitad del año estuvo marcada por la salida del túnel, mudanza -de nuevo-, salir de la ciudad, ¡¡TRABAJO!!, precario, pero trabajo. Horarios. Pero sin duda lo más importante fue la recuperación EMOCIONAL. Volver a SENTIR; ILUSIÓN, proyecto de futuro, nuevas metas, nuevos idiomas, sin importar nada...ni nadie. Miento.TÚ, TÚ SI QUE ME IMPORTAS... y no sabes cuanto. :)
Con la certeza de que nadie más q uno mismo puede ayudarte, nadie te va a sacar las castañas del fuego y todo lo q hagas será escrutado al milímetro, mirado con lupa.
No faltarán las opiniones contrarias, los q esperarán pacientes la caída para, una vez q se consume declarar... "ya te lo decía yo". Vivimos en un país de adivinos. Todo el mundo sabe que es lo q va a pasar.

Nuevas metas, nuevos horizontes.. dando gracias al destino por haberte cruzado en mi camino.
La incertidumbre sin embargo permanece, mientras haya trabajo habrán posibilidades, pero si..."hoy estamos mucho -muchísimo- mejor que hace un año" más viejos, más pobres pero FELICES y con ganas de seguir dando la lata.

Feliz 2010.